29.3.11

Ryanair... inolvidable

Por fin en casa después de lo que parecía un fin de semana tranquilo y acabó siendo una experiencia bastante enojosa. Hay cosas que no se entienden.

Por partes: el avión salió a la hora normal y entrando en Aragón da la vuelta. Minutos después el comandante habla de un "fallo técnico" y que había que aterrizar en Barcelona. El fallo técnico era una "pequeña fuga de combustible". Casi nada.

Y ahora viene lo surrealista. Una hora y pico en el puto avión esperando en lugar de devolvernos a la terminal. Después, nos meten en buses y finalmente a otro avión. Peeero... como resulta que la primera tripulación había superado su límite legal de horas en la jornada, tuvieron que llamar a la tripulación suplente que tardó lo suyo a pesar de que "en diez minutos se procede al despegue" porque estaban en el aeropuerto. Diez minutos tan elásticos que rindieron como 30 (de reloj). Y después otra minutada más porque estaban muy ocupados, entre otras cosas, rellenando las bandejas de bebidas y demás mercancía.

Por fin despegamos, y esta nueva tripulación se dedicó a lo que hacen siempre: tratar de vendernos chocolatinas, perfumes y demás trangallada. Cuando alguien les dijo "oye, que esto lleva más de tres horas de retraso y tenemos derecho a cena" respondieron que sólo si se superaban las cinco. Los cojones. En Irlanda serán cinco horas, pero en España, como en el resto de la UE (menos Eire, por lo que parece) son tres.

Esto es realmente lo que me toca los huevos. Lo otro no: en caso de avería, mejor vuelta atrás y nos curamos en salud. Pero que una vez que sabes que tus pasajeros llevan tres horas y media de retraso, no han comido (ni lo pensaban porque iban a llegar a una hora decente) y están hastiados no les toques los huevos con publicidad, no les repitas las instrucciones de seguridad y no trates de venderles una comida que tu compañia está obligada a dar. Cara les sale la broma: por no cumplir la ley van a recibir un rosario de tickets de comida en aeropuerto, el lugar más económico del mundo para comer, como todos sabemos.

Y encima mucha de la información que nos daban era en un inglés masticado, en un volumen inaudible y sólo en ocasiones seguido por una repetición en un castellano igualmente masticado y susurrado. Puede que la tripulación estuviese obligada a negar la comida o a continuar con el mercadeo de chorradas en vuelo, pero al menos ten la mínima decencia de dirigirte al pasaje con un poco de respeto, cojones, que es tu trabajo.

250€ de indemnizacion, creo. No compensan esto.