11.7.09

Mosteiro de Pitões das Júnias, Montalegre (Trás-os-Montes e Alto Douro, Portugal)

Sta Maria das Junias, Montalegre (Vila Real, Portugal)
Sta Maria das Junias

Mosteiro de Pitões das Júnias, Montalegre (Vila Real, Portugal)
Mosteiro de Pitões das Júnias

Moinho do Mosteiro de Pitões das Júnias (Montalegre, Vila Real)
Moinho do Mosteiro

Pitões das Junias, Montalegre (Vila Real, Portugal)
Acceso al monasterio

Montalegre, Vila-Real (Trás-os-Montes e Alto Douro, Portugal)
Montalegre

Igreja de Sta María do Castelo, Montalegre (Vila-Real, Portugal)
Sta María do Castelo

Castelo de Montalegre (Vila Real, Portugal) (v2)
Castelo de Montalegre

Torre de Homenaje en Montalegre (Vila Real, Portugal)
Torre de Homenaje
Los edificios históricos abandonados siempre han ejercido una extraña atracción sobre los viajeros. Tal vez por saber cómo una construcción que tuvo una historia más o menos dilatada en el tiempo pudo haber llegado hasta eso.

En el caso de castillos y monasterios, antiguos centros de poder, esta atracción es mayor: ¿qué llevó a la decadencia y abandono a un lugar que antaño recibía tributos y era temido en mayor o menor medida por aquellos que vivían en las cercanías.

Es un poco el caso del monasterio de Pitões das Júnias, en las cercanías de la aldea del mismo nombre y a orillas del regato Campesinho, a un paso del Parque Nacional A Peneda-Gêres.

Cuenta la leyenda que dos nobles que estaban cazando, viendo que sus perros se detuvieron agachando la cabeza frente a un roble, se acercaron y descubrieron allí a la Virgen María. Por ello prometieron construir allí un monasterio.

Sin embargo la historia, mucho menos romántica, nos habla de un origen ermitaño, de monjes que buscaban el aislamiento (de ahí su fondo paisajístico) y de un monasterio humilde que vivía del pastoreo y que sólo muchos siglos después alcanzó su esplendor obteniendo tierras y rentas tanto en Portugal como en Galicia, de la cual dependía antiguamente al ser inicialmente una dependencia del monasterio de Oseira. Se supone que este monasterio se construyó antes de la fundación de Portugal, aunque lo que hoy vemos es el resultado de las obras del siglo XVII.

Y la ruina, viene en parte tanto de la decadencia del siglo XVIII, de la extinción de los monasterios de 1834 (parecida a nuestra Desamortización) y que llevó último monje a convertirse en el párroco del pueblo, Pitões das Júnias, y finalmente al incendio que destruyó casi todas las dependencias

No queda gran cosa de lo que debió ser el monasterio, bastante modesto en su tamaño como consecuencia de los magros tributos que debió recibir de los habitantes de estas ásperas tierras, conocidas como la Comarca do Barroso.

En el pueblo hay un pequeño museo que nos da cuenta de la dureza de las condiciones de vida de los habitantes hasta hace bien poco, lo que nos lleva a pensar en la vida que pudieron llevar sus antepasados cuando rendían tributo al monasterio.

Tan sólo algunas paredes y algunos arcos restan de lo que fue el monasterio, conservándose en buen estado, techada y en uso la que fue la iglesia de Santa María donde imagino que hoy en día se celebrará romería.

Hasta aquí se puede acceder desde el pueblo a través de una pista que remata en una bifurcación de dos caminos: uno hacia una cascada (que no tuve ocasión de ver) y otro hacia el monasterio, ambos señalizados.

Este camino empieza siendo de tierra y continúa siendo una calzada muy irregular, destrozada por el paso del tiempo y donde aún se adivinan las roderas de los carros que llevaban mercancías y tributos al monasterio.

Para terminar la ruta se puede ir hasta Montalegre y visitar su castillo, cuyas murallas casi han desaparecido pero cuyas torres se encuentran muy bien conservadas y están siendo restauradas.

Algunos derrumbamientos no fueron por el tiempo, lo que no hubiera sido de extrañar dado que cayó en decadencia sobre el siglo XVIII, si no por los efectos del terremoto de Lisboa. Debió ser increíblemente potente para que sus efectos fuesen dañinos a tanta distancia de la capital portuguesa.

El mapa
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6.7.09

Lugares a Descubrir: Ruta de los Miradores (Valença do Minho, Portugal)

Muro de Sanfins (Valença do Minho, Portugal)
Muro de Sanfins

Claustro de Sanfins (Valença do Minho, Portugal)
Claustro de Sanfins

Capela en Sanfins (Valença do Minho, Portugal)
Capela en Sanfins

Sto Ouvidio (Valença do Minho, Portugal)
Santo Ovídio

Torre de Lapela
Torre de Lapela

Valença do Minho
Valença do Minho y Tui
Esta va a ser una ruta cortita y que puede formar parte tanto de la ruta del Miño como de la primera de las de Portugal de norte a sur porque sus trazados son casi coincidentes.

Vamos a partir de Monçao con dirección a Valença do Minho hasta el cruce de Gondomil, donde un cartel nos indica "Mosteiro de Sanfins", que será nuestro primer destino.

Unos kilómetros más adelante habrá un segundo cartel, pero es un poco difícil de ver ya que queda detrás de una curva y además está tapado en parte por un árbol, pero nos indica el camino a seguir.

Un tercer cartel nos indicará el último cruce que debemos tomar y un par de kilómetros después la carretera termina en un aparcamiento y comienza una pista de tierra. Mucha gente deja el coche aquí y prosigue caminando, pero se puede continuar. Por cierto, que desde aquí hay ya muy buenas vistas del valle del Miño.

Al final de la pista de tierra un muro de piedra nos impide el paso. Este muro es el cierre del patio del monasterio de Sanfins, abandonado hace ya mucho tiempo y con tan sólo su iglesia mantenida en buen estado... el resto da un poco de vergüenza, con muros despolmándose y escombros que han caído hace años sin que los responsables del patrimonio luso hagan mucho al respecto. Una lástima.

En tiempos fue un monasterio de gran importancia ya que data de los primeros tiempos de la independencia portuguesa y gozó de numerosos privilegios por parte del Rey.

Para ver, además del patio y los restos del claustro, es muy interesante visitar la huerta que queda detrás del muro que vemos en frente a la iglesia (hay que buscar el camino avanzando hacia la derecha del mismo, y buscando tras las casas abandonadas). En esta huerta hay restos de un viejo molino y una cisterna para la acumulación de agua.

Es muy impresionante el aprovechamiento hídrico que tenía esta gente: por encima del muro que nos cierra el paso circulaba un acueducto que distribuía agua por el monasterio y por la huerta que había detrás de este, y un segundo acueducto alimentaba al molino y también a la huerta de detrás del muro.

Además, se puede visitar una capillita abandonada en lo alto de un peñasco, a la que se accede por el camino que parte del patio y va por las casas abandonadas. La vegetación es tan densa que en épocas del año puede cortar el paso, pero las vistas desde allí merecen la pena.

Una cosa más: existe la posibilidad de que un rebaño de vacas se pasee a sus anchas entre todo el abandono. Hay que tenerlo en cuenta porque puede limitar las zonas visitables del mosteiro.

Volviendo sobre nuestros pasos hacia el último cruce, podemos ver un pequeño cementerio antes de terminar el camino de tierra. Tiene unas vistas estupendas.

Continuaremos camino hasta el cruce y una vez en él, a la derecha, hacia Sanfins (el pueblo que da/recibe nombre al monasterio) y un poco más adelante hay un desvío a la derecha para el mirador de Santo Ovidio, nuestra segunda parada.

Hay que tener cuidado cuando se termina el asfalto, porque el adoquinado (hay que ver lo que les gusta el adoquinado a los portugueses) es bastante irregular y castiga las suspensiones del coche. Hay una pequeña zona para comer con mesas antes de llegar, al lado de un punto de agua construido para abastecer a los helicópteros anti incendios, y que tiene unas estupendas vistas.

Santo Ovidio aparece un poco más adelante, en la cima de una pequeña colina. Las vistas desde aquí son bastante impresionantes, divisándose casi todo el sur de la provincia de Pontevedra (salvo parte del Baixo Miño), y las cumbres del Xurés/Gêrés a la izquierda, con la Torre de Lapela justo en frente y bajo nuestros pies los tejados del mosteiro de Sanfins.

De vuelta a la carretera, iremos hacia nuestra penúltima parada. En el cruce otra vez a la derecha, y al llegar al final de la carretera otra vez a la derecha, para ir a la capilla de Santa Ana en Monte Facho.

La capillita es interesante y su entorno se ha preparado para escapadas de fin de semana, con mesas y asaderos. Hay varios bares y alojamiento.

Un poco más adelante, tenemos otra pequeña capilla con unas vistas impresionantes, que nos muestran todo el Baixo Miño y parte del Condado, llegando a divisar Santa Tegra y el océano a lo lejos, así como todo el valle en el que está Valença do Minho.

Y de aquí, podemos bajar hasta Valença y visitar sus murallas con vistas a Tui y al puente que Eiffel hizo para unir ambas orillas del río y tal vez tomarnos algo en sus múltiples bares y restaurantes

El Mapa
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