15.8.06

Recoger patatas

A partir del post que escribí sobre las tonterías que se decían en el blog de El Mundo sobre los incendios, voy a culturizar a todo cuanto urbanita lea estas líneas para que conozca el campo un poco mejor.

¿Os parece que las patatas son caras? A lo mejor es que no sabéis cuánto cuesta cultivarlas.

Veamos. Lo primero que hay que hacer es adecentar el terreno. Esto implica cortarle toda la hierba que pueda tener a ras de suelo, o más adelante tendremos un problemón, ya que se puede enganchar en el arado, o si lo haces manualmente, el azadón no entrará tan bien en la tierra (hay que darle más veces y más duro). Se puede cortar con una segadora motorizada (que no regalan), con una guadaña o con una hoz (te jodes la espalda y pierdes muchas horas, pero es más barato)

Lo segundo es esparcir el estiércol, o los estiércoles, ya que hay quien combina el de pollo, comprado en granjas avícolas, el vegetal y el de cuadra. Se esparce con horquilla y el movimiento que tienes que hacer con ella es genial para tener ampollas en las manos. Si no te gusta usar guantes, es un buen momento para cambiar de idea. Naturalmente primero se habrá cargado el tractor, que tampoco es un ejercicio agradable.

Para hacerse con estiércol de pollo tienes que ir a una granja avícola, comprar "un tractor de abono" y cargarlo tú mismo en determinadas épocas del año, que es cuando renuevan la cama (cuando se venden los pollos mayores y la nueva hornada aún es pequeña para ocupar toda la nave). Se compone básicamente de serrín, pienso, polvo, plumas y guano (excremento de aves). Huele como el demonio y levanta tanto polvo que para recogerlo lo normal es que se usen mascarillas. Así que es un trabajo bastante duro, y si además te toca sol, las granjas aviares son como hornos.

El traslado de este estiércol lo haces en tu propio tractor (si no, debes pagar los portes), que es un vehículo que cuesta tanto como un coche de segunda mano y no es nada fiable si superas una velocidad x (aquí ya depende del modelo que tengas). Para que el estiércol no se vaya quedando por el camino (recordad, es básicamente polvo) hay que regar la parte superior del remolque (que es otra pasta, ya que el tractor a veces no viene con extras y hay que comprarse los gadgets a parte). El abono permanecerá entonces almacenado hasta que se necesite, cubierto por un plástico medianamente impermeable (el estiércol de pollo huele aún peor cuando fermenta)

El vegetal, sin embargo procede de otra fuente y básicamente se trata del producto de rozas: tojos, helechos y demás herbáceas o arbustos blandos (nada de meter palitos en el abono, ya que no se convierten en compost). Ciertas cosas, como las zarzas, no valen para estas cosas (por eso las quemamos), ya que son básicamente "palo". Para preparar una pilla de abono normalmente se limpia el terreno dónde va a ubicarse, y a continuación se pone una primera capa de roza, para a continuación añadir una capa de estiércol de cuadra o aviar (o mezcla de ambos) para que haga las veces de catalizador de compostaje. Y así hasta que llegas a la altura que deseas, y procurando mantener los bordes bien uniformes (como toda pila, debe estar bien equilibrada o acabará deshaciéndose) y el material bien compactado (para que el compostaje sea lo más rápido y uniforme posible, y no se pierda la humedad).

Todo esto se hace empleando algunas herramientas nada ergonómicas como las horquillas y los sachos (no sé el nombre en castellano, sorry) de abono, que són básicamente como una azada, pero en lugar de pala poseen tres pinchos. Las primeras se usan para mover el abono de cuadra y el producto de las rozas y el otro lo usa la persona que esté haciendo la pilla para colocar el material. Si se usa abono de pollo también necesitaremos una pala (todo esto también hay que comprarlo, faltaría más)

Nos queda el abono de cuadra, que se compone básicamente de excrementos de animal, restos de su comida (hojas de maíz, hierba seca, hierba verde, algún pienso de maíz si te han sobrado espigas ese año, puede que algunas manzanas, etc.). Los animales que lo producen son las vacas, las ovejas y los cerdos. Si tienes cabras o caballos, valen igual que los otros, pero no hay tanta gente que posea estos animales.

El abono animal huele indescriptiblemente mal (el de vaca y, sobre todo, el de cerdo son una pesadilla para el olfato), suele venir muy compactado (sobre todo en el caso de las ovejas) y está húmedo, así que pesa como si estuviese hecho de plomo. Hay que arrancarlo del suelo con el sacho (no es fácil: las fibras vegetales tienden a entrelazarse y además, ya habíamos dicho que estaba húmedo y muy compactado. Lo arrancado lo coge una segunda persona (o la misma, si no tienes más gente disponible), que será quien la eche encima del tractor (esto era lo que solía hacer yo cuando tocaba, y acabas con la espalda jodida), dónde una tercera persona se ocupará de colocarlo bien para que no se caiga y de recompactarlo (porque al arrancarlo y cargarlo ha perdido densidad y ocupa más espacio) para maximizar la carga del remolque.

No voy a contar cuánto cuesta mantener una vaca o una oveja... eso queda para más adelante. Lo que me interesa es que os quedéis con la idea de que en el campo los subproductos de una actividad pueden usarse como materia prima para otra: todo se realimenta y todo está relacionado con todo. Es un equilibrio que hay que mantener cuidadosamente. Volviendo al tema de los incendios, cuando limpiamos un monte (y ojo, no es bueno hacerlo todos los años), veis que usamos el producto para algo. Cuando un monte se quema, esa familia se queda sin materia prima para cultivar patatas o tomates (por ejemplo) porque le empieza a faltar fertilizante natural.

Lo largo que es todo esto y aún no hemos llegado a plantar una sóla patata. Sólo hemos limpiado el terreno y esparcido el estiércol. Por último hay que echar un último fertilizante químico, que dota al suelo de una base de nitrógeno, y al que conocemos por el nombre de Nitramón, que era básicamente un saco de nitrato amónico (
NH4NO3) y que además de como fertilizante se puede usar como componente para bombas. Otra cosa más para comprar. Oh, viene en sacos de 50 kilos y parece que pesan el doble, ya que son muy malos de coger (no deja asideros en el saco)

Pero si queremos plantar patatas, necesitaremos semilla seleccionada de siembra (ofrece un rendimiento mucho mayor que las patatas que hayamos obtenido el año pasado, pero hay que comprarla). Para maximizar la superficie plantada a veces se cortan estas patatas a la mitad (cada patata originará una planta completamente nueva) y si no nos llega lo comprado echaremos mano de las patatas que nos hayan sobrado el año pasado (no rinden tanto, pero algo es mejor que nada). También deberemos tener en cuenta la variedad que plantemos ya que no todas se comportan igual ante la sequía o resisten el ataque del escarabajo de la patata. Además hay que tener en cuenta su uso: si vas a hacer muchos cocidos, te interesa una variedad blanca, y si vas de fritangas, pues roja.

Para plantar las patatas existen dos métodos: el manual y el mecanizado. Antes de nada habremos distribuído las patatas de siembra en dos o tres puntos de reabastecimiento. Esto es para no andar con un cubo de patatas finca arriba y finca abajo: es terriblemente incómodo. Por cierto, añadid los cubos al carrito de la compra y los capazos si los usais para reabastecer (es más cómodo que los sacos)

El primero implica coger un azadón y levantar el terreno dónde vas a meter las patatas, no se trata de hacer un hoyo, sino de levantar TODO el terreno, ya que la patata tiene problemas con los terrenos compactos y hay que darle margen de crecimiento... a menos que queramos cosechar menos de lo que hemos plantado.

El segundo método implica el uso de un tractor con un arado (sip, otro gadget más para nuestro tractor, y aún nos quedan dos o tres por comprarle). En la parte más baja (es recomendable este lado, para ir "allanando el terreno" y no hacerla más pronunciada) de la finca deberemos cavar un hoyo dónde clavar el arado (así alcanza mayor profundidad), y luego el tractor irá hasta el final de la finca, abriendo un surco. En este surco (que habremos dividido en segmentos entre la gente total que va a plantar) pondremos las patatas hacia la parte superior, no demasido enterradas (queremos que nazcan, ¿no?). Si no usas guantes puedes despellejarte los dedos haciendo esto.

Lo último que nos queda por hacer hoy es coger un rastrillo (más herramienta que comprar... el ferretero ya nos adora a estas alturas) e igualar el terreno, para evitar que las lluvias encharquen unas zonas y dejen otras secas. Además, si dejamos los terrones sin deshacer, estos tenderán a endurecerse y las patatas tendrán problemas con ellos.

Tras algún tiempo, y si no la hemos cagado hasta el momento, las patatas comenzarán a salir. Crecerán altas y fuertes... hasta que el escarabajo de la patata las descubra y además sean atacadas por los hongos. Puede pareceros que no es demasiado grave, pero sí que lo es: el escarabajo es muy capaz de comerse toda la cosecha y ya ha provocado alguna hambruna... pero si te toca el hongo... bueno, ése casi destruye un país.

Bien, toca comprar fungicida e insecticida específicos para esto, y puedes elegir entre aplicarlo desde una motocarretilla, un tanque pesticida conectado al tractor o en una sulfatadora individual que se carga a la espalda y que puede estar motorizada o usar una bomba manual (es la que usa el de Bricomanía). Sea como sea, toca volver a tirar de billetero y perder varias tardes haciendo esto (porque hay que dar varias manos, claro).

Como nos toque sequía es posible que debamos regar. Para ello hay que recurrir a una poza en la que se almacena el agua que brota de algún manantial (si tienes alguno cerca). Por supuesto, hay que mantenerla limpia, drenada y las canalizaciones en buen estado (la vegetación tiende a comérselo todo). Y hay que llegar a un acuerdo de uso con el resto de regantes que se abastecen de la misma poza para su uso y mantenimiento. Cómo no suele haber electricidad en las cercanías, si quieres usar un sistema de aspersores ya puedes ir comprándote un generador y una bomba. Si no, toca riego por inundación. Gracias a Dios, esto no es Murcia.

Bien, ya estamos en verano y por fin vamos a recoger nuestras patatas (que nos han costado un riñón y nos han jodido la espalda). Ahora es cuando viene lo duro.

Podemos cogerlas de dos formas: manual o automática.

La manual implica deshacer el trabajo que hicimos al plantarlas: levantar TODO el terreno para extraer las patatas.

La automática implica comprarse otro
gadget más para nuestro superequipado tractor (que va camino de salirnos más caro que un BMW): el arrancador de patatas. Esta máquina es como un semicírculo de varillas de hierro rematado en un espolón, y un sistema de engranajes conectados a la transmisión del tractor que hacen que el semicírculo se mueva para cribar la tierra que va entrando por el espolón. Al final lo que conseguimos es que la mayoría de las patatas queden en la superficie (hay quien da una segunda vuelta para encontrar las que se quedan atrás). Hay que discriminar las cortadas y las podridas. Las primeras se guardan y servirán de alimento para el ganado, convenientemente cortadas y mezcladas con pienso de maíz; mientras que las segundas se descartan.

Mientras, habremos llegado a la finca antes de la salida del sol (se recogen en verano, y a partir de las 11 de la mañana las cosas se ponen muy calientes por la finca), habremos tragado tanto polvo de tierra que nuestra piel estará negra y nuestros pulmones parecerán una maceta, nos habremos arañado los dedos contra el terreno (a veces está bastante duro)... y aún lo que nos queda.

Porque cuando hayamos acabado y Lorenzo esté rabioso en lo alto nuestro trabajo aún no termina: hay que ir a casa, dejar el arrancador y volver con el remolque. Cerrar los sacos y cargarlos en el tractor. Recoger las cortadas. Literalmente (dependiendo del tamaño de tu finca) habrás cargado toneladas de patatas.

Cuando llegues al cubierto en que vas a almacenar las patatas aún tienes que descargar los sacos uno a uno (no queremos hacer puré tan pronto, ¿verdad?), vaciarlos y seleccionar las patatas (las que estén lastimadas o sean demasiado pequeñas, se apartan). Vaciarlas debe hacerse en el mismo día, ya que las patatas son pura agua y transpiran, con lo cual se pudren fácil si el agua no se evapora.

Por último, las patatas se almacenarán en su lugar definitvo, que debe ser fresco y seco, para minimizar problemas de hongos, y además deberemos añadirles un producto contra una plaga que apareció en los últimos diez años y que se trata de un bichejo que se mete en la patata y la taladra, dejando unos desagradables surcos de color castaño y alterando el sabor de la patata (que sabe a rayos). Finalmente el tubérculo se pudre a consecuencia de la acción del gusanejo de marras.

Bien, pues esto es todo por el momento. Un día de estos os cuento cómo se mantiene un corral de gallinas o cómo se cultiva maíz. De momento, podéis ver lo que nos cuesta el monte y cómo se desbroza, y ya que se acerca la vendimia, también podéis ver qué hubo que hacer hasta llegar a ella.

Pero bueno, ahora espero que os vayáis dando cuenta de por qué no están limpios los montes y por qué se van abandonando fincas en el rural. No es que no queramos, es que no podemos.

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11 comentarios:

Anónimo dijo...

Se te ha olvidado mencionar el abono de conejo, que es el que se usa en mi casa.

También se recoge en una granja al uso (para ti, está a medio camino de Ponteareas a Pazos de Borbén, más cerca del primero), y tiene la gran ventaja de que si vas con tractor, puedes ponerlo al lado de un muro y desde arriba sólo tienes que echarle la carretilla que has cargado previamente... de debajo de los conejos, así que tienes que sortear la posibilidad de que te quede tu cabeza... abonada xD.

Contremo dijo...

En mi zona la cunicultura no se lleva. A avicultura es lo más "in" :)

Prometeo dijo...

Magnífico! Y yo que pensaba que la vendimia era dura, mecagondiez.
Realmente es un post de obligada lectura, para saber lo que cuestan las cosas.
Sobre patatas yo me se una historia muy maja del altiplano de Perú. 38 variedades tradicionales poco productivas abandonadas a favor de las comerciales que se podían vender en Lima, pero que agotaban la tierra. En cinco años tierras valdías y emigración forzada a la ciudad porque no se podían pagar las deudas de semillas (grandes empresas), fertilizantes (idem), funguicidas (idem idem), etc.
Vamos, una curiosidad de la que me he acordado ahora.
Saludos y gracias por contarlo así de bien!

Contremo dijo...

Gracias por tu visita, pero que sepas que para mí la vendimia y todo el proceso del vino desde que se cae la hoja hasta que sale la botella de la bodega es el peor de todos los trabajos del campo... si añades que nosotros cosechamos albariño (que se estropea con nada), figúrate.

La anécdota de las patatas me la apunto. Gracias por compartirla

dcialdella dijo...

la nota esta estupenda. se ve que lo has vivo...

tendrías que agregar lo que cuesta cada cosa y lo que te pagan el kilo/bolsa de patatas.

como para hacernos a la idea de cuanto inviertes en infraestructura, cuanto has gastado en cultivar y cuanto recuperas...

tengo claro que te pagan unas monedas el kilo, pero en el super se vende a billetes.

Anónimo dijo...

Eso último quería decir ayer y luego se me fue la pinza (nota mental: comentar desde el curre tiene esos inconvenienetes, que te interrumpen a cada paso xD).

El precio puede estar mejor o peor, pero el que se encuentra el consumidor es el que le pone el que se lo vende, y generalmente está inflado unas cuantas veces el precio que cobra el agricultor.

Anónimo dijo...

el "sacho" es la "horca" en español...

Anónimo dijo...

Cuanta razon llevas compañero!!!

La gente se cree que las cosas crecen asi de "bonicas" como las ven en los supermercados y se creen que ya vienen en sus bolsas y plasticos listas para cocinar.

El "penaero" mas grande por el que he pasado ha sido la recogida de cebollas/ajos. A su lado, la vendimia es un paseo triunfal.

Tal y como estan las cosas esto tiene que cambiar. La gente no puede dejarse la vida en el campo para que luego le paguen "cuatro perras" mal pagadas y que familias enteras esten a merced del megaguay de marketing de turno que decide que este año las cosechas van a costar menos que el anterior por que su beneficio solo ha incrementado en unos cuantos millones de euros...

Un dia entero me los llevaba a trabajar al campo a ver si le parecen bien los precios.

Saludos!

Anónimo dijo...

el tractor cuesta mas que un coche nuevo,aproximadamente 6-8 millones Y el sacho en castellano es la horca. Cuanta razon tienes ¡que duro este trabajo!

Diego dijo...

Ahí ahí, hay que educar a los urbanitas :P

Contremo dijo...

Bueno, sobre lo del tractor, me refería a un modelo pequeño, como un Agria o cosa similar.

Evidentemente, los tractores grandes tienen un precio prohibitivo, a pesar de que la tecnología invertida en ellos es mucho más modesta que el de cualquier turismo.

Este fin de semana, por ejemplo, estuve hablando con mi padre de ello y me contaba que hay herramientas, como una trituradora de residuos forestales que se conecta a la transmisión del tractor, y cuyo precio se va por encima de las 300 mil antiguas pesetas, mientras que el coste de la misma máquina en portugal ronda el 60% de la misma cantidad.

Vamos, que encima nos timan