21.9.05

Los franceses nos invaden

Una de las razones que me impulsaron a buscar estudiantes erasmus como compañeros de piso fue la posibilidad de practicar idiomas.

Hace dos años me fui a Francia como erasmus, y aunque la experiencia no fue todo lo grata que hubiera deseado si que volví con un nivelillo de francés... que estaba perdiendo por falta de práctica.

Esta primera chica, a la que llamaremos Marie (porque sí) ha venido desde su ciudad natal en coche con sus padres (y sus peluches, sus plantas y su televisión con su reproductor de DivX y ...). Más que de erasmus parece que se muda definitivamente. Joder, ni siquiera yo tengo tantas cosas en el piso y eso que sólo estoy a 100 kms de mi casa.

El hecho es que se han metido entre pecho y espalda un palizón bestial de 18 horas que hizo que yo perdiera varias horas de sueño como efecto secundario, ya que tuve que permanecer levantado hasta la hora de llegada (a unas tempranas 3:00 AM) y guiarlos hasta el piso.

Tal vez fue un presagio, pero durante el camino me encontré con un inglés que me preguntaba dónde quedaba un alojamiento (a las 3 de la mañana, si) del cual tenía una tarjeta. Con mi vacilante inglés y un absoluto asombro porque el buen señor se acerque a un pais sin saber
nada del idioma local (y eso que no somos Finlandia) conseguí indicarle como llegar.

La cosa empezó pintando mal, porque mi francés al parecer es incomprensible para su familia: yo insistía en decirle "tout droit pendant un demi kilometre" (todo recto durante medio kilómetro) a su señor padre y el insistía en ir a 10 por hora y preguntar en absolutamente cada bifurcación que nos encontramos hasta que se cubrió toda esa distancia. Luego tuvimos un par de malentendidos con los semáforos (le dije que tenía que ir por donde estaba el único semáforo en rojo de toda la calle y el tío se paró en seco como si no supiera lo que acababa de decir)... en fín, que milagrosamente llegamos a destino y descargamos las cosas de la nena.

La sorpresa vino por la mañana. Yo les había cedido una de las habitaciones que estaban libres en el piso en el convencimiento de que se irían al día siguiente por la mañana... pues no, resulta que no, eso fue ayer y esta mañana estaban cómodamente desayunando en la cocina. Menos mal que no suelo desayunar, porque habían ocupado las tazas y los cacharros que se emplean para estas cosas y sin pedir permiso ni decir nada. Espero no haber adoptado a la familia completa.

Entendámonos, no me molestaría que el hecho de que se queden tanto tiempo si no fuera por dos cosillas:

a) Nadie me avisó de esta circunstacia y odio que los invitados se tomen tantas libertades.
b) Menos mal que tengo una habitación libre, que si no...

Amos, que le han echado jeta al asunto y aprovechan para venirse de vacaciones. Puede que en Francia este comportamiento sea la caña... pero vaya, esto no es Francia. También es gracioso ver como hablan a mi compañero de piso en francés (y claro, no entiende ni papa). ¿Por qué la gente se irá al extranjero pensando que todo dios habla su idioma? Un día de estos tengo que contar algunas turistadas.

En fin, que menos mal que las otras dos vienen en avión y sin familia. Ay, Eva ¡¡¡que rebotación!!!

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