Praia dos Xuncos
Praia dos Castros
Praia das Illas
Praia de Esteiro
Praia de As Catedráis
Praia de As Catedráis
Si hay una playa famosa en Galicia esa es la de As Catedráis en Ribadeo (Lugo), que recibe ese nombre por los arbotantes rocosos que han formado el mar, el viento y el tiempo en la roca metamórfica que forma el acantilado. Pero al mismo tiempo, la fama de esta playa eclipsa a la de las playas cercanas, también de gran belleza.Os recomiendo mucho pulsar sobre las fotos para verlas más grandes, ya que creo que merece la pena perder un poco de tiempo con ellas (y no porque las haya hecho yo)
Para llegar hay que acercarse hasta Ribadeo y luego tomar la N-634 en dirección A Coruña, y estar atentos a los carteles para tomar la primera salida que ponga "Praia dos Xuncos" o "Ruta das Praias". Una vez que tomemos este desvío se irán sucediendo las playas a nuestro lado derecho.
La primera que veremos es Os Xuncos, cuya característica más salientable son sus formaciones rocosas y su aguja de piedra, en el lado occidental de la playa. Tiene un aire a aquella aguja que se rompió en Canarias el invierno anterior, aunque no es tan espectacular.
A continuación viene Os Castros, cuyo nombre debe provenir de las piedras que forman el acantilado, o tal vez algún castro (poblado prerromano) que hubiese en sus proximidades, aunque no me pareció ver tal cosa.
Siguiendo la costa, siempre en dirección occidente, nos encontraremos con As Illas, cuyo nombre procede de los peñascos que se pueden ver en la parte central de la foto. Es una playa realmente espectacular, y uno de sus accesos es a través de un túnel que el mar excavó en la roca.
La siguiente parada es Esteiro, una grieta arenosa en la desembocadura de un regato. Pequeña pero muy coqueta y la salida al mar es ciertamente preciosa.
Y por fin llegamos a As Catedráis, que es como un compendio de todo lo anterior, y mucho más: formaciones rocosas que parecen sacadas de una película de ciencia-ficción, túneles en la roca, grutas (furnas) profundas y de gran belleza (incluso con cúpulas), islotes rocosos y la estrella: los arbotantes que parecen sacados de las catedrales medievales y que dan nombre a la playa.
Recomiendo muy mucho informarse de las mareas, puesto que para acceder a esta parte de la playa, que es la que más merece la pena, hay que ir necesariamente en bajamar (o en canoa y sabiendo mucho lo que se hace) o nos perderemos la ocasión de ver este lugar tan único.
Si seguimos hacia occidente veremos una nueva grieta que merecería un poco la pena si la tuviesen algo más limpia y ya nos meteremos en el Concello de Barreiros, cuyas playas no son tan impresionantes y dónde parece imposible comprar un bocadillo decente, o bien los hosteleros son bastante poco amables con sus clientes (Bar Rivas, va por tí).
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