Barrancas de SantallaLas MédulasLos Montes AquilianosDentro de Las Médulas
Nuestro periplo berciano va a finalizar en uno de los parajes más espectaculares que conozco: Las Médulas.
Las Médulas fueron en el pasado una enorme montaña de arenisca de la sierra de los Montes Aquilianos. En ella los romanos encontraron oro e hicieron una de las explotaciones mineras más colosales de la antigüedad, reduciendo a escombros toda la montaña.
La forma de hacerlo es bastante peculiar, ya que en aquella época no se conocían los explosivos. Por ello, Roma no dudó en construir canales de decenas de kilómetros de longitud recogiendo las lluvias que caían en los montes cercanos y embalsándola para lanzarla por los túneles con los que horadaban el monte para ir demoliendo poco a poco toda la arenisca y la arcilla, y lavando luego los escombros en busca del preciado metal.
Si vais os recomiendo que veáis el cortito vídeo explicativo (un poco light para mi gusto) que os pasan en la segunda caseta de Turismo, en la que también alquilan bicis.
Para llegar hasta Las Médulas desde Ponferrada saldremos por la Avenida de Portugal y seguiremos hasta la rotonda de la CL-536. En esta rotonda tomaremos a mano izquierda, en dirección Ourense.
Primero pasaremos un pueblo con un nombre que me encanta, Villalibre de la Jurisdicción ("que ni es villa, ni es libre, ni tiene jurisdicción") y luego nos meteremos en una zona de curvas en la que deberemos ser precavidos ya que son bastante cerradas y alguna gente las toma más abiertas de lo que debiera.
Al llegar a Santalla podemos detenernos en su mirador para apreciar Las Barrancas, una curiosa formación que viene siendo algo así como si alguien cortase por ahí las montañas (como a machete) para dar paso a la llanura berciana. Es realmente curiosa, y en otoño ofrece una vista como la de la primera foto (click para ampliar), con todas esas hojas amarillas que le dan un aspecto tan vistoso.
Podo después de Santalla podemos desviarnos hasta el Castillo de Moscatel, desde dónde hay una buena vista de la comarca Berciana.
Seguiremos la CL-536 hasta Carucedo, dónde deberemos tomar a la izquierda para coger la carretera de Las Médulas. Pero ¡atención!, nada más salir de Carucedo hay una carretera que lleva a Orellán y que es pecado no tomar: el mirador de Orellán no sólo tiene una de las mejores vistas de la comarca, sino que además tiene la mejor vista de Las Médulas y el acceso a alguna de las cuevas superiores. La vista es la que podéis ver en la segunda foto.
El agua con la que se hizo todo eso fue sacada de los Montes Aquilianos, que podemos ver en la tercera foto. Impresionante, ¿verdad?
Volviendo a la carretera de Las Médulas proseguiremos hasta el pueblo. Justo a la entrada hay un párking donde podemos dejar el coche y seguir caminando. Hay dos casetas de turismo, teniendo la segunda el horario más amplio (aunque un domingo a las seis cierra). Allí os pueden informar un poco más acerca de lo que allí hicieron los romanos (la demolición de la montaña, la aparición de los lagos con las aguas sobrantes, los lugares donde echaban los escombros...) y daros unos folletos con rutas para caminar entre el enorme bosque de castaños en que se ha convertido todo el lugar (¡y qué castañas tan estupendas dan!).
La verdad es que caminar por ahí te da una sensación extraña, como de estar en otro planeta, viendo todas esas agujas marcianas (por el color) dónde aún pueden verse algunos túneles, todos esos bosques, y saber que hace tan sólo dos mil años todo eso estaba doscientos metros bajo tierra.
Por desgracia cuando fui no tuve mucho tiempo, así que sólo puedo recomendaros La Cuevona, una enorme cueva que queda relativamente cerca del pueblo. Eso sí, que a ningún cabrito se le ocurra gritar: hay riesgo de desprendimientos, y sería una lástima que lo que empezaron los ingenieros romanos lo termine un borrico inconsciente
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1 comentario:
Estiven alí un par de veces, a última non hai moito, impresiona, por moitas cousas, as covas, os castiñeiros, ...
Eso si creo que é un lugar que xa empeza a estar descuberto.
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