Nothing Else Matters

El otro día escuché por la radio una simpática versión del Nothing Else Matters de Metallica perpetrado por una chica muy maja llamada Lucie Silvas. Bueno, tras reponerme del susto me quedé con dos cosas: efectivamente, la chica canta muy bien... pero su versión carece de alma, de contundencia... no sé.

Una de las cosas que más me gusta de la versión original es su potencia, la forma en que empieza y a partir de ese momento inicia un crescendo que le hace llegar hasta un final apoteósico, mientras que los crescendos de esta versión... no sé... ¿sabéis la sensación que produce el ir conduciendo un coche cuando subes una cuesta, vas pisando a tope y notas como a pesar de ello el coche va perdiendo fuerza? Pues eso.

Además tiene una costumbre bastante mala que se puso hace unos años de moda, y que es el abuso del gorgorito. Es lo mismo que cuando un actor sobreactúa: no es necesario que alardee tanto de voz. Es como si a cada nota intentara demostrar que es un crack... y el resultado es el mismo que si Fernando Alonso se dedicase a derrapar en cada curva... espectacular un rato, pero pierde posiciones cada vez que lo hace.

Desde mi punto de vista, esta chica canta en lugar de interpretar una canción: le falta el sentimiento, el convencimiento, la pasión... y simplemente parece estar más interesada en que sepamos lo buena que es que en que disfrutemos de la canción... todo lo contrario a James Hetfield, que da toda una lección en la que, en mi modestísima opinión (no soy como cierto amigo mío que es todo un experto en el grupo), fue su mejor interpretación.

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