24.9.07

Lugares a Descubrir: Pesquería do Tambre y Pazo do Tambre

Central HidroeléctricaO TambrePazo do Tambre

Nuestra ruta de hoy nos va a llevar a las tierras del Barbanza, y al entorno de la desembocadura del Tambre.

La primera de nuestras etapas va a ser una visita a la central hidroeléctrica del Tambre que se encuentra entre los concellos de Noia y Serra de Outes.

Para ello, si partimos desde Santiago, deberemos coger la carretera que une a la ciudad compostelana con Noia, y ya casi llegando, tras haber pasado el Parque Eólico que hai entre Rois y Lousame comienza una prolongada y empinada cuesta abajo que finaliza donde comienza el tramo de la vieja carretera de Noia.

Deberemos dejar la carreter mucho antes de que finalice dicha cuesta, justo antes de una cementera, en una pequeña carretera señalizada con un par de carteles con una "H" enorme. Esa carretera transcurre por los devastados montes barbanzones, arrasados por la campaña de incendios de 2006. Si seguimos la carretera no tendremos problemas hasta llegar a un cruce señalizando accesos hacia la Presa y la Central. Deberemos seguir por el ramal izquierdo, para bajar hacia el Tambre.

El coche podemos dejarlo delante de la recepción del hotel "Pesquería do Tambre". Al parecer este hotel está conformado por una serie de casas que servían de alojamiento a los antiguos trabajadores de la Central, en los tiempos en que esta zona estaba casi aislada del resto del mundo, y ahora han encontrado una nueva utilidad para estos inmuebles, impidiendo su abandono.

Lo primero que nos va a sorprender de la central es su refinada arquitectura, al parecer obra del mismo arquitecto que diseñó el edificio de Telefónica de Madrid. Delante del edificio, y bajo un paseo de palmeras veremos dos muestras de la maquinaria que utilizó la central en tiempos pasados y que ha sido reemplazada.

Siguiendo por el paseo de las palmeras hacia el final nos iremos acercando hacia un puente. Justo a la entrada del mismo veremos un sendero que empieza y que sigue por la ribera del Tambre, y al otro lado del puente empieza un segundo que, según creo, se dirige a Negreira, a través de la zona más septentrional del Barbanza.

Si seguimos el camino del lado del río veremos un tramo de gran belleza, con algunos rápidos, enclaustrado en un cañón granítico de unos doscientos metros de altura, y por donde en invierno deben caer regatos con el agua que las lluvias dejan en las cumbres. A lo largo del camino veremos también restos de pesqueiras y algunas casas de pescadores.

Una curiosidad de este sitio también es un perro pastor alemán enorme que tienen en el Hotel. Ignoro su nombre, pero es muy manso y muy mimoso (y ya tiene una edad...). Si queréis haceros amigos de él, os doy una pista: adora las piedras. CUando estuve allí, mientras avanzábamos por el camino él iba cogiendo en su boca algunos pedruscos que iba por el suelo, dejando el que llevaba cuando encontraba otro que le gustaba más... y a veces se lanzaba en persecución de alguno que tirábamos delante de él para ver lo que hacía.

La segunda y última etapa de nuestro recorrido nos llevará hasta el Pazo do Tambre, en las cercanías de Ponte Nafonso, ya en Serra de Outes. Desde la central hidroeléctrica tomaremos la primera carretera a la derecha según subimos, en una pista que nos llevará por los pueblos de Castro Lampreeiro y Roo. Justo al pasar este
último, y en A Igrexa, tendremos una bonita vista de una zona como de marismas y del Pazo.

Dejamos esta carretera al enlazar con la vieja carretera que unía Noia con Muros, en Ponte Nafonso (lado de Noia). Justo en este punto hay una fuenta a dónde algunos vecinos acuden con garrafas para proveerse de agua. No sale muy fría, pero calma la sed.

Siguiendo a la derecha cruzaremos el puente que da nombre a la localidad y saldremos en el Ponte Nafonso de Serra de Outes, y seguiremos por la carretera hacia adelante, cruzando un pequeño río por un puente. En este punto veremos que en el río hay unas cuantas barcas amarradas, lo que es una estampa bastante curiosa.

Un poco más adelante, en una curva, podemos detenernos para tener una bonita panorámica del puente medieval por el que cruzamos el Tambre y los dos pueblos a los que da nombre... y un poco más adelante, desviándonos de nuevo a la derecha ya casi habremos llegado al Pazo do Tambre.

El pazo es una preciosa casona con hermosos jardines y con las fachadas cubiertas por trepadoras y un estanque delante que ahora se dedica a organizar banquetes, para lo que tiene varios salones diseminados por todo el recinto. También hay algunas caballerizas y algunas estatuas de caballos y otras construcciones (aunque una de ellas, con imitación de columnas griegas en las ventanas es un poco hortera, para qué negarlo).

Ya que estamos aquí, recomiendo bajar por un camino cubierto por unas parras de uva catalana (rosado) no demasiado bien cuidadas, lo que me hace suponer que no elaboran vino a partir de ellas. Este camino nos llevará a un balcón sobre el río que nos servirá para poner punto y final a esta excursión.

Para volver a Santiago habría que volver sobre nuestros pasos por el Ponte Nafonso y luego, en lugar de torcer hacia Roo, seguiríamos por la vieja carretera hasta Noia y allí es dónde deberíamos tomar la carretera de vuelta a Compostela.

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2 comentarios:

enrique dijo...

El paraiso. Todo precioso. El servicio del hotel perfecto. Limpiza, atención inmejorable, buena comida. Todo se resume en tranquilidad, naturaleza y servicio.Una pega los accesos.

Contremo dijo...

Prefiero pensar que es el precio a pagar para que siga siendo como es. Y no me duele pagarlo.

Gracias por pasarte por mi blog