Desceltando

Lleva el Dépor unos años entregado a una completa y concienzuda autodestrucción que desde Vigo se veía con cierto regocijo, por parte de los más radicales, y estupefacción, por parte del resto de la gente.

Y resulta que ahora el Cela ha empezado el mismo camino. Ya los últimos tiempos de Horacio habían conocido algunos casos, como el de Karpin, no demasiado edificantes, pero desde que Mouriño tomó las riendas la cosa se ha puesto bastante negra.

Veamos lo que ha pasado esta temporada, con el despido de gente tan capaz como Félix Carnero o Ramón Carnero, o la forma en que se ha mareado la perdiz con Gustavo López (al que habría que hacer un monumento) o Yago, que se ha hartado de que se pitorreen de él. La reacción de Stoitchkov es impropia de un profesional, y tal vez hubiera debido ser más templado.

Lo cierto es que a estas alturas de año, cuando todos los equipos han hecho más o menos sus deberes, el Celta lo tiene todo por hacer, con importantes lagunas tanto en la plantilla como en el cuerpo técnico, y encima no parece que la directiva o el entrenador del primer equipo tengan la capacidad y la sensatez para conducir la nave celtiña a buen puerto, aunque, al menos, no están malvendiendo a los jugadores que hay.

Luego está el tema de la cantera, a la que parece que no se presta la debida atención. Con todos los problemas que hay y sólo cuatro jugadores del filial están haciendo la pretemporada con el primer equipo, y al presidente le ha dado por imponer un límite de edad a los del Celta B y dice que le da igual la categoría en la que juegue, ya que el objetivo es formar jugadores.

Pues ya me dirá dónde coño se forman mejores jugadores para un equipo de la entidad del Celta, si en Segunda B o en Tercera. Personalmente creo que es conveniente tener a tres o cuatro jugadores de cierta veteranía en el filial para darle algo de savoir faire al equipo en situaciones complicadas y no tener que reinventar la rueda día a día. Estos veteranos, tal y cómo ocurría en el Barça B de Cruyff, tienen la misión de enseñar a los más jóvenes a comportarse dentro del campo y a manejar situaciones que por su juventud tal vez no sepan llevar.

A ver que tal sale la temporada, aunque no soy optimista.