Fin de temporada
Ahora que se ha terminado la temporada futbolística es el momento de hacer balance.
- El Madrid ha ganado la liga más afortunada de la historia, y la flor de Capello es de acero inoxidable. Tanta es la suerte que hasta en la página de apuestas del Marca, nada sospechoso de antimadridismo, consideran como máximo favorito para el próximo año al Barça. Esto quiere decir que nadie cree que se vaya a repetir: ganar más de una liga así está sólo al alcance de los muy afortunados... y tres ya sólo está al alcance de Cruyff.
- El Barça iba camino de la mejor temporada de su historia... y se han encargado de dejar escapar todos los títulos de importancia, teniendo alguno de ellos más que encarrilado. Ser el máximo goleador y uno de los menos goleados no te garantiza nada si te falta actitud. Al menos parece que en los despachos están reaccionando bien y no se cargarán la plantilla que tienen (sería una locura deshacerse de ella). De momento, los fichajes se están haciendo con la cabeza y el potencial del Barça crece.
- El Sevilla es el mejor club del mundo a día de hoy. Hay que rendirse a la evidencia. El trabajo de Monchi es tan excepcional que si yo fuera sevillista haría una colecta para ponerle una estatua delante del Pizjuán. ¡Qué coño! ¡rebautizaría el estadio! Gastando muy poco dinero en comparación con sus rivales ha quedado tercero en la liga (con opciones de ganarla hasta el último día) ha ganado dos UEFA, una Supercopa de Europa y una Copa del Rey. Y además juegan bonito. Chapeau.
- Espanyol y Getafe, dos modestos, se han dado un homenaje este año y no parecen tener ganas de que la fiesta termine. Estoy seguro de que el año que viene irán con ganas de mejorar su actuación de esta temporada. Curiosamente la miel que saborearon se la quedó el mismo: el Sevilla
- El Celta ha sido la gran decepción del año. Con calidad pero sin actitud, uno se va a segunda de cabeza... y encima en los despachos no parecen estar demasiado espabilados: cargarse a un secretario técnico tan capaz como Félix Carnero, y de paso llevarse por delante a gente que ha dado mucho al Celta como Ramón Carnero, Maté o Mosquera no es el mejor camino para que el club dé el salto de calidad. Que el filial no tenga jugadores de más de 21 años, una locura: el Barça B de Cruyff tenía jugadores de 27 años para que el equipo no fuese demasiado inexperto. De poco sirve una cantera que juegue en Tercera.
- Y en Segunda B mi Pontevedra ha vuelto a tirar una eliminatoria de ascenso que tenía ganada. ¡Para matarlos!
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