A cuenta de toda esta historia del Ricky y sus mariach... marurickys, me he puesto a pensar en el fenómeno fan.
Muy posiblemente todo el marurickeo se deba a la acción de una sola persona, tal y como había apuntado en un comentario de la entrada anterior, con sus gloriosas 45 conexiones en cuatro horas. El hecho de que después de eso toda actividad cesara en este blog y bajara muchos enteros en el de marujeo me lleva a pensar eso.
Pero hay grupos que cuentan con fans de verdad que son capaces de esto y más, cómo se ha visto una y otra vez... pongamos que hablo de Santa Justa Klan, y me da por leer los comentarios de este post de supervago.com. Acojonante, ¿eh?
Pues no digamos si nos vamos a foros de política o de fútbol, porque ahí veremos un catálogo de lo peorcito que puede alumbrar un cerebro humano. Y no digamos si se trata de una discusión entre trekkies y seguidores de Star Wars.
¿Qué hará que una persona presuntamente inteligente sea capaz de lanzar diatribas tan estúpidas de odio hacia los demás a cuenta de perfectas memeces?
Pero eso no es todo. Los foros son anónimos (o algo así)... pero ¿y los fans que se quedan en las taquillas durante días para conseguir una entrada para un concierto de, por ejemplo, Luis Miguel? Unos paisanos de cuarenta y tantos se tiraron una noche delante de la taquilla en A Coruña, así que no son sólo las chiquillas histéricas que son capaces de llorar porque Bisbal las ha mirado o Amaral les ha guiñado un ojo. Pues en tiempos pasados hubo auténticas guerras entre seguidores de actores rivales, grupos que luchaban por el número uno. Estos casi que no tienen peligro.
Y luego están los peores: aquellos cuya mente se anula y son capaces de atacar al objeto de su adoración, como le pasó a Monica Seles, o al marido de Sandra Bullock, cuya piel estuvo en riesgo por un fan demasiado fan de su señora esposa.
En fin, amigos. Lo bizarro existe.
1 comentario:
Queremos un hijo tuyo!
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