11.10.07

Mitomanías

Viendo ayer el tercer episodio de la segunda temporada de Heroes me puse a pensar sobre la mitomanía y lo importante que es en nuestro mundo. Todo vino a raíz de la aparición de Nichelle Nichols, la inolvidable "Uhura" de Star Trek haciendo el enésimo cameo de actores de culto en esa serie, como antes hicieron Roddy McDowall ("La Naranja Mecánica"), George Takei ("Star Trek"), Christopher Ecclestone ("Doctor Who") o Richard Roundree ("Shaft"). Heroes utiliza la mitomanía con gusto y con acierto, como un guiño a sus fans, en muchas ocasiones curtidos por horas y horas de cómics y viejas series de televisión.

La mitomanía es la que permite a los japoneses ofrecer jugosos sueldos a viejas glorias de Hollywood, al estilo del que mostraba Bill Murray en Lost in Traslation. La mitomanía es lo que hace que los de Freixenet recurran a gente como Nicole Kidman para sus anuncios navideños o lo que llevó a David Beckham a Estados Unidos.

Y mitomanía es lo que llevó a Mariano Rajoy a realizar esa llamada a la "españolidad", con una estética clavadita a la de mensajes institucionales del Rey o de otros jefes de estado (o de comunidad autónoma), suplantando un papel que no le corresponde y tratando, tal vez, de arañar unos votos atizando un fuego que no debería, ya que quien se siente español no necesita de llamamientos para demostrarlo, y además sentirá una tremenda vergüenza ajena viendo al principal líder de la oposición en su enésima payasada: con lo mal que lo hace el actual gobierno, hay mil frentes en los que sacarle los colores, sin tener que recurrir a estupideces ideológicas que a nadie importan.

Puesto a demostrar su "españolidad", podía haber tratado de condenar con tanta energía las salidas de tono de Losantos y sus colegas de emisora como condenó a los gamberretes de ERC que quemaron banderas del Rey, en lugar de, insisto, lanzar un mensaje innecesario copiando la estética de los discursos navideños regios.

Y no, por muchos años que lleve rondando por el Congreso, dudo que la mitomanía le de un sólo voto al señor Rajoy. Le conocemos desde hace mucho y no recordamos mérito alguno por su parte para merecer nuestra confianza.

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