Es increíble lo de alguna gente que se hace con un equipo de fútbol. Parece que se le sube algo por la garganta y de repente empieza a hacer y decir cosas que son de auténtico escándalo.
Ya me había llamado la atención el poco respeto que tenía Badiola por aquellos que no pensaban como él antes de hacerse con la Real, pero ahora acaba de demostrar que no fue producto de la tensión electoral, sino que el muchachote es así de maleducado.
Primero ata de pies y manos a Coleman en el tema de planificación deportiva, y éste opta por dimitir y renuncia a las remuneraciones que pudieran corresponderle: para mona otro.
Y después despide a Salva Iriarte que lleva toda la vida en la Real y que entre otras responsabilidades ha sido ayudante de entrenadores e incluso primer entrenador del equipo, aunque sin demasiada fortuna. A saber como se lo comunicarían pero Iriarte, no demasiado conforme, decide reclamar el 100% del finiquito como cualquiera de nosotros en caso parecido. Y claro, esto no le ha gustado nada a Badiola que ha llegado a decir que "no ha dado un palo al agua en veinte años". Sí, señor: el recién llegado dando lecciones de no tener ni puta idea, mientras que el que lleva toda la vida en el club tiene que dejarlo.
Pero rizar el rizo no es despedir a un empleado con el que no cuentas. Rizar el rizo es lo que hicieron con Juan Carlos Oliva: le tientan con el caramelo de dirigir la Real, y cuando se da la oportunidad, le piden que renuncie a su puesto como entrenador del Villarreal B... para decirle que no va a entrenar al equipo donostiarra cuando ya ha rescindido el contrato que le ataba con los castellonenses. De traca.
Maleducado, incompetente y además no tiene palabra: parece Piterman. Mal se lo veo a los donostiarras.
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