Eso digo yo, ¿por qué? Por cierto, la cita la ví en la portada del Marca, en uno de esos SMS-estafilla que tanto se estilan hoy en día en los medios de comunicación.
"¿Por qué pita el Bernabéu si votaron a Calderón para que trajera a Capello?"
Lo cierto es que desde que Don Ramón llegó a la presidencia el habitual grado de esquizofrenia que ha adornado al entorno madridista se ha duplicado.
Primero prometiendo fichajes imposibles (¿o alguien se creía que el Milán iba dejar escapar a Kaká porque sí? ¿Y dejaría el Barça que Cesc fichara por el eterno rival, mientras el Arsenal permite que se vaya y le quede un agujero negro en el mediocampo?).
Luego puteando al clásico fichaje de todos los años (Reyes... o incluso Joaquín, que llevan tantos años "fichando" por el Madrid que ya deberían ser capitanes del equipo por veteranos), añadiendo en este caso la variante de "dejarlo tirado". Reyes, indudablemente, se ha quedado en una posición bastante mala con su club y sus aficionados.
Resultó que se iban a fichar a expensas de lo que dijera el entrenador... un Capello que ha venido por segunda vez al Madrid, al que jura amor eterno a pesar de haberle abandonado ya una vez, y que cobra más que un futbolista de élite (en todo el mundo debe haber media docena de jugadores que tengan mejor sueldo)... y todo ello para montar a un equipo que aburriría a un monje budista. ¿Acaso esperaban otra cosa? ¿No recuerdan acaso lo que aburría el primer Madrid de Capello?
Naturalmente no podemos olvidar la cantera, cuyos representantes en el primer equipo fueron dispersados por media Liga, y los que quedaron han quedado muy puteados. Además está el caso de Jurado, antológico.
Y tantas otras cosas. Es como si hubiera llegado a la presidencia y se preguntase... ¿y ahora qué? No sé, siempre he desconfiado de esa gente que tiene un look que está pensado para decir... "tengo pasta, mucha pasta, mucha mucha pasta". No sé, desde la primera vez que le vi me pareció un presuntuoso, y las escasas veces que me crucé con él haciendo zapping por El Rondo confirmé mi impresión. Ha llegado a la cima que esperaba y ahora no sabe muy bien qué hacer.
Si los madridistas esperaban espectáculo, desde luego que lo tienen, pero no en el campo. Les veo haciendo honor a su camiseta un año más, aunque quizás el madridismo debería ser paciente con Capello: los primeros meses de Rijkaard en el Barça fueron bastante vulgares. Aún es pronto para pedir su cabeza (y lo cara que se la vendería el italiano, que ha firmado por más de un año y dudo que perdonase algo de su contrato).
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