Otras dos series que han terminado recientemente han sido la archifamosa Lost, que ha recuperado definitivamente la tensión de su primera temporada, y la debutante Jericho.
Lost empezó la temporada un poco titubeante y sin saber muy bien a dónde dirigirse, pero en cuanto volvieron del parón la verdad es que cogió velocidad de crucero y los capítulos se te pasan en un suspiro. Las tramas vuelven a ser sorprendentes y su último capítulo... bueno, hay que verlo. Altamente satisfactorio. Además nos hemos enterado de que Lost tendrá (si no pierde el favor del público) tres temporadas más de 16 capítulos cada una.
Jericho por su parte ha tenido el favor del público desde el primer momento. Narra la vida en el pueblo homónimo tras un misterioso ataque con armas nucleares contra los Estados Unidos. El problema de la serie es que es bastante errática y no parece saber muy bien a dónde dirigirse, con tramas que se abren y cierran sin ton ni son, aunque parece que en los últimos episodios han encontrado su camino y eso hizo que la serie ganase en interés. Mención aparte para la intervención de Tony Omundson, que hace doblete en Psych (detective Lassiter). Aquí no es un detective borde, sino un sheriff de un pueblo vecino bastante imponente.
Psych ya había terminado hace un tiempo, pero con unas y otras y tanta serie por ver, resulta que terminó en España antes de que yo viese los últimos capítulos. No es gran cosa, pero siempre me ha hecho pasar buenos ratos... en inglés. En español el doblaje es tan sumamente lamentable que simplemente me volví a bajar los capítulos en VO para poder disfrutarla.
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