Ha muerto el último gran escritor de ciencia ficción clásico. Como Asimov, Heinlein o Dick (vale, aquí podemos discutirlo) Clarke nos ha dejado.
Y aunque no era mi preferido sí le reconozco que fue el más importante y la Humanidad siempre estará en deuda con él.
A aquellos que les parezca un poco exagerada la frase anterior tal vez no sabe lo suficiente acerca de este hombre, ya que además de escribir se dedicaba a otras cosas.
Porque Clarke, además de ser un gran escritor, fue antes que nada un gran divulgador y un extraordinario científico que sentó los cimientos de buena parte de nuestra tecnología actual.
Durante la Segunda Guerra Mundial colaboró en el desarrollo del radar, tan decisivo en la navegación aérea de hoy en día. Como todos los buenos inventos ha tenido usos perversos: su original finalidad militar y los radares de tráfico.
Más adelante propuso una tecnología sin la cual no sería posible el mundo que conocemos: los satélites de telecomunicaciones geoestacionarios. Sin ellos, la televisión lo tendría crudo y muchas formas de telefonía serían imposibles. Los GPS tampoco existirían ni multitud de tecnologías desarrolladas mientras se puso en marcha la actual telaraña satelital que rodea nuestro planeta.
También fue suya la idea de los transbordadores espaciales que tanta fama han dado a la NASA. La idea de vehículos de reentrada tripulables y que pudiesen aterrizar como un avión tuvo un impacto importantísimo en la exploración espacial.
Por desgracia para él nunca verá en marcha el ascensor espacial (tal vez ninguno de nosotros tampoco), que no fue idea suya, pero fue él quién la hizo popular.
Como veis Clarke fue mucho más que el autor de 2001, una odisea del espacio (la cual, por cierto, nació en las páginas de Playboy como un relato corto llamado El Centinela)
Para finalizar, una cita que he leído en Menéame y que es muy curiosa y rigurosamente cierta (desde el punto de vista europeo): "Para nosotros Clarke murió donde vivió: en el futuro".
En efecto, Clarke murió el 19 de marzo de 2008, pero en Europa nos enteramos el 18. Cosas de los husos horarios.
Nota: La foto que acompaña el artículo es una curiosidad un poco friki. ¿No os recuerda mucho al Hari Seldon asimoviano en ella?
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