9.1.07

Ana M. Ríos sobre su top-less: "Los que me critican no me pagan la hipoteca"

Menuda se ha montado con el tema de las fotos en topless de Ana María Ríos, la peluquera gallega que había protagonizado el incidente aquel en que alguien había metido unas balas y unos detonadores en su equipaje.

Como si de una supercelebridad se tratara, los principales medios de comunicación españoles (y alguno extranjero) se han lanzado a comentar el hecho. Creo que desde los tiempos del primer Gran Hermano, o incluso desde el sonado "posado" de Marta Sánchez nunca una portada de Interviú había causado tanta sensación. Por cierto, que siendo como es de cutre esta revista las fotos (las que he podido ver por internet) tienen bastante gusto. Y naturalmente, polémica nacional y división de opiniones.

Pero vamos a ver. Esta chica económicamente las estaba pasando canutas: poco antes de la boda su marido se quedó en el paro, y tenía que hacer frente a la hipoteca del piso y a la de la peluquería (eso tengo entendido). La historieta de las balas le costó una pasta (ella dice que 30 mil euritos), entre desplazamientos de familiares, costas legales, etc. (el alojamiento, según parece, lo pagó un hostelero... y en parte el Gobierno mexicano que la había ubicado en una celda). Y ahora resulta que puede recuperar ese dinero e incluso ganar algo con todo esto.

Y es que cuando hay hambre y te traen la comida a casa, de gilipollas es decir que no si se sabe que no está envenenada.

Y todavía hay a quién le parece mal y se habla de "traición", "desengaño", "decepción", de que "no tiene dignidad"... pero como ella dice, "Los que me critican no me pagan la hipoteca".

Yo creía que este tipo de opiniones en un país como España con tantas playas nudistas y con millones de chicas haciendo top-less en las playas desde hace muchos años estaba más que superado. Pero no, parece que aún nos queda mucho por caminar.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay mucho retrógrado todavía por ahí suelto, aunque luego de puertas adentro sean unos viciosos de cuidado, jejeje.

The Thing dijo...

¡Un hurra por mi vecina!

¡Hurra!