7.1.07

Sostenibilidades

Ahora que está de moda esto del "desarrollo sostenible" y el gobierno y demás administraciones le dan tanto bombo, quizás debiéramos plantearnos dónde se podrían comenzar a ahorrar unos cuantos vatios, porque cualquiera que camine por una de nuestras calles de noche ve que esas mismas administraciones están derrochando una cantidad increíble de energía.

Pongamos por ejemplo el alumbrado público. ¿Alguien se ha planteado cuántos de esos puntos de luz son superfluos? ¿cuántos de ellos podrían apagarse sin que por ello se resienta demasiado la iluminación de la calle? Es más, debería haber un estudio bastante serio acerca de cómo resituar muchos de estos puntos, ya que a lo mejor aumentando unos metros la distancia entre farolas en muchas vías podríamos prescindir de unas cuantas sin quedarnos en penumbra.

Debería haber ingenieros encargados de calcular no sólo la potencia lumínica y la ubicación de las farolas, sino que también deberían estudiar cómo hacer que sean fácilmente modificables para aprovechar nuevas tecnologías en la iluminación: la posibilidad de encender o apagar bombillas individuales según el clima (no es lo mismo una noche de lluvia que una de luna llena o una de niebla), o en que cambiar nuestras actuales bombillas por otras de menor consumo o en cómo resultaría la iluminación de las calles a medida que sea posible sustituir las bombillas por LEDs.

Y naturalmente habría que calcular el tiempo de amortización de todo el aparato con el cambio. Es decir, que si ahora nos gastamos 1 millón, y el cambio para pasar a gastar 500 mil nos cuesta 250 mil, que les quede claro a los encargados de autorizar el gasto que compensa gastarse ese dinero para ahorrar.

Visto esto, en nuestras casas nosotros también podríamos ahorrar energía fácilmente cambiando nuestras bombillas de 60 o 100 vatios por equivalentes de bajo consumo. Cierto es que son mucho más caras (de 60 cents, pasamos a dos o tres euros), pero también consumen sobre el 30 o 40% de las otras, con lo cual en unos meses (tal vez semanas) ya nos habrá compensado económicamente (máxime porque estas bombillas suelen ser más duraderas). Si quieres saber más acerca de cómo reducir tu factura, puedes leer este enlace.

Pero no sólo en la energía se podría ahorrar. También en el transporte público.

Por ejemplo, en todos los nuevos PGOM se habla mucho de sostenibilidad, de ecología y demás zarandajas... pero no hay en muchos de ellos ninguna medida que apoye estos buenos deseos: por ejemplo, en el de Vigo se habla de construir una carretera de circunvalación y para ello se destruirían algunos terrenos protegidos. A cambio el concello ofrece construir un parque periurbano y cero metros de carril-bici.

En Coruña, por ejemplo, yo habría cogido un piso cerca de la Autoridad Portuaria si no fuera por un detalle: no hay forma de ir en bicicleta desde el puerto al Polígono de A Grela (sin jugarse el cuello, quiero decir), ni tampoco de venir desde las vecinas Oleiros y Cambre aunque hay carriles-bici que llegan al límite municipal... pero al llegar al municipio capitalino se acabó lo que se daba, con lo cual los potenciales usuarios tirarán de coche o de transporte urbano.

Precisamente el problema para el transporte urbano que viniese de esas dos zonas es que se tendría que enfrentar a un atasco monumental de entrada cada mañana. ¿Costaría mucho hacer un carril reversible exclusivo para autobuses que sirviese para que el transporte urbano pudiese entrar y salir de la ciudad sin sufrir tanto por los atascos? ¿Y hacer que el tranvía funcionase en pruebas (y a un precio razonable) una temporada para ver si la gente lo usa como alternativa para desplazarse? ¿Crear billetes ilimitados (por 25 euros usa todos los buses que quieras dentro del mes)?

Como vemos, mucha propaganda y poco trabajo en las obras de nuestros políticos: decir que se es ecologista mientras no se hace nada al respecto no me sirve.

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