A raíz del post de ayer me puse a pensar en la invasión de lo "políticamente correcto" en nuestra vida diaria. Es una moda de los años noventa que llegó para quedarse, estupidizando a buena parte de la población.
Lo "políticamente correcto" consiste básicamente en usar eufemismos para no molestar a minorías (o ciertas mayorías selectas) diciéndoles cosas que anteriormente se las traían al pairo.
Así, el término "enano" que anteriormente definía a los enanos tiende a ser sustituido por "personas bajitas" o algún otro sinónimo igualmente ridículo. Y los ciegos pasaron a ser "invidentes", que es mucho más fisno. Gracias a Dios, la ONCE sigue siendo la Organización Nacional de Ciegos Españoles (¡y que les acusen de insensibles si hay cojones!).
Pues eso, que ahora con el cuento de no ofender a la gente de otras religiones, a los ateos y a los agnósticos. Molestar a la mayoría católica, al parecer, está permitido (y es que lo de los belenes y alguna otra cosa es manifiestamente innecesario). Vale que muchas veces no tienen razón y se movilizan por causas completamente equivocadas (me viene a la cabeza que organizasen las manifestaciones contra el matrimonio homosexual y sin embargo no parezcan tener tanta facilidad para escandalizarse con dramas como el de las pateras o la situación de Oriente Medio), pero putearlos por principio tampoco es bueno.
Sobre el tema de los belenes... ¿qué queréis que os diga? Yo lo que haría sería mostrar a los niños cómo celebran en otras partes del mundo sus particulares "navidades", qué se celebra en ellas y cuándo son (y por qué entonces). Naturalmente, no suprimiría los festejos propios de aquí (ya veo que esta moda acabará por liquidar las fiestas patronales para no ofender a nadie, cosa que encantará a la hostelería).
Por ejemplo. Este año las navidades casi coinciden con el año nuevo chino (el año del cerdo, creo: felicidades a todos los cerdos), y sería una buena ocasión para enseñar a los niños en qué consisten las celebraciones y por qué hace unos pocos años eran en febrero y este año no (la respuesta correcta es, obviamente, que nuestro año es solar y el suyo lunar). También sería bueno explicarles cuál es la razón de que el año uno de ese calendario sea el que es y no otro, o qué se come y qué actividades se hacen. Eso, creo, fomenta un poco la comprensión y el respeto hacia la gente con esa cultura y esa religión.
En fin, que la gente tiene demasiado tiempo libre.
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