Estos días estoy por Portugal tomándome unas merecidas vacaciones, y he aprovechado para hacerme una escapadita hasta Évora, capital del Alto Alentejo.
Para acercarse hasta este pueblo (lo siento, lo de ciudad le queda un poco grande) tienes que coger el bus en la estación de "Sete Ríos" en Lisboa (si vais en Metro la estación se llama "Jardim Zoológico"). El bus que tomé era muy nuevo, muy lujoso y veías al conductor perfecamente uniformado y con un GPS para asistirle (así fue de caro el billete).
Lo más simpático de todo y lo que quería contar fue la película que proyectaron, o más concretamente, cómo la proyectaron.
El film en cuestión era "Cariño, estoy hecho un perro", una de esas tonterías que protagoniza Tim Allen sin el menor rubor (ya sólo el título me causa escalofríos).
Bien, el caso es que esta peli nos la pusieron con anuncios en una cinta específicamente montada para adaptarse a la duración del trayecto: la peli dura tanto, luego podemos meter tantos cortes publicitarios de tanta duración antes de llegar al destino.
Lo nunca visto.
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