Castelo de Sesimbra
Gaviotas en la playa
Hace muchos años mi excursión de fin de curso de octavo de EGB me llevó por primera vez a tierras lisboetas, y mi hotel estaba situado en un pequeño pueblo del distrito de Setúbal llamado Sesimbra, unos 30 kms al sur de la capital lusa. De Sesimbra recuerdo que era un pueblo de pescadores bastante cochambroso situado al final de una carretera llena de baches y de curvas.
Dieciseis años después, los baches y las curvas siguen ahí, pero Sesimbra y los pueblos cercanos han experimentado un crecimiento bastante vertiginoso llegando incluso a duplicar su tamaño. El problema de Sesimbra en concreto es que este crecimiento no se hizo de una forma ordenada y no ha habido ningún criterio urbanístico reconocible, ya que los alrededores del casco urbano están infestados de esas horribles urbanizaciones de chalets adosados hechos por y para horteras.
Bien es cierto que ya no es un pueblo cochambroso, sino que parece que ha sido reconstruida desde la primera a la última casa e incluso se ha construido un moderno puerto, con lo cual aquel sabor a pueblo marinero se ha perdido en parte, y ahora los restaurantes para turistas se pueden encontrar en cada esquina del centro, con lo cual el ambiente está impregnado tanto del olor a mar, como del olor de diversos pescados a la parrilla, cosa que excita a sobremanera el estómago y las glándulas salivales de uno.
Tras haber recorrido las calles con detenimiento, finalmente nos decidimos por un restaurante llamado "Golfinho" (Delfín), cuyos precios eran bastante razonables... pero no repetiría en él, porque aunque las raciones me dejaron satisfecho y tanto el Bacalhao grelhado (Bacalao a la parrilla) como el Espadarte grelhado (Pez espada a la parrilla) estaban muy buenos, no eran particularmente generosas, y encima picamos en el viejo truco de comernos el queso y los untables que ponen como entrante (y que no solicitas), y por los que nos clavaron casi cinco ?. Siempre me ha parecido un truco bastante deshonesto por parte de los restaurantes, pero el hecho de que lo cobrasen tan caro (porque realmente no era gran cosa) me fastidia bastante.
El problema es que el resto de los locales de la ciudad, salvo uno o dos, eran mucho más caros ya que Sesimbra parece ser un lugar bastante turístico y el tipo de gentes que atrae debe poder permitírselo. Había otro local, subiendo por el Hotel Sana a un precio similar (aunque no recuerdo el nombre). Si alguien lo visita que me cuente porque dudaba entre ese y el Golfinho.
Para llegar desde Lisboa hay que coger un autobús en la Praça de Espanha que nos va a llevar cruzando por la Ponte do 25 de Abril sobre el Tajo (una vista impresionante). La plaza no es como la mayoría de las plazas que había visto en Lisboa, y su estado de conservación es bastante más pobre de lo habitual. No hay una estación de autobuses sino una serie de marquesinas donde para el autobús que te lleva a tu destino. El que nos llevó estaba en un estado bastante deficiente, y debía tener unos veinte años de antigüedad... pero eso no es lo peor: el que nos trajo de vuelta en España habría sido retirado del servicio y debía tener sobre 30 años. Y todo a cambio de un viaje más caro de lo que debería ser (más de 3 euros y medio por 30 kms de distancia) y atendido por dos conductores de todo menos amables (uno de ellos bastante maleducado, por cierto)
Visto esto, lo que recomiendo de Sesimbra es su castillo, antes de la entrada en el pueblo. Tiene un gran estado de conservación y es un mirador privilegiado. Ignoro si cobran entrada ya que no pude ir (además de todas las desgracias, llovía, con lo cual nuestra planeada excursión por las tierras del sur de Lisboa a la Serra de Arrábida y Setúbal tuvo que ser cancelada).
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1 comentario:
Era pez espada y no espadarte, son dos pececillos diferentes, de hecho el espadarte era mais caro!
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